La hija del carnicero de tonta no tiene un pelo y se sitúa con protagonismo en mitad del transitado Abbo Kinney.
Un local diáfano presidido por una barra central con banquitos de madera -para almuerzos con prisas-, plantas, madera, blancos rotos que nos acogen y nos invitan a volver. Nuestra esquina preferida es sin duda la terraza con cuatro mesas apetecibles donde mimetizarte con el buen rollo de los vecinos y contemplar el ajetreo de visitantes en busca de contagiarse de este espíritu «free-spirit» de Venice.
De su carta nos fascina su yogurt casero de coco con granola, los pancakes de trigo sarraceno, el desayuno surfero, avocado on toast y cualquiera de sus zumos prensados en frío. Como fans absolutas del té matcha, aquí lo elaboran con leche de almendra.
Te has portado bien y has comido saludable… Ahora sí, te puedes permitir los mejores donuts gourmet del mundo hechos a base de ingredientes naturales. Cruza la calle y encuentro nuestro vicio Blue Star Donuts: podrás echar un ojo a la cocina y verás cómo se elaboran de forma casera. La masa tarda en elaborarse 18 horas y todos los ingredientes son libres de conservantes. Los sabores cambian según la temporada pero nuestro favorito es el Matcha, Passion Fruit y Chocolate.
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